• Siguenos en Flickr

    El grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en LorientEl grupu Fitoria presenta so espectáculu en Lorient

Todos los caminos llevan a Nantes

Nos ponemos en marcha para llegar al Festival Intercéltico de Lorient 2012, cogemos el autobús (o el coche) y nos planteamos qué ruta seguir. La opción del avión queda casi completamente desechada, ya que aunque Lorient tiene aeropuerto, el precio del billete se dispara en demasía, subiendo a las cuatro cifras de una manera escandalosa. Aunque hay días en los que se pueden encontrar tarifas económicas (en torno a los 120 euros desde Ranón al aeropuerto de Lorient), eso sí, con escalas de casi 24 horas en Barcelona.

Desde Asturias tenemos otras dos posibilidades de llegar: por tierra y por mar, y mediante ambas pasamos por Nantes antes de llegar a nuestro destino final. Si salimos desde el puerto de Gijón en ferry llegamos a Saint-Nazaire, muy cerca de Nantes, en apenas unas quince horas. Merece la pena sobre todo el poder llevar tu propio vehículo a Lorient sin sufrir horas y horas conduciendo. Puedes tumbarse y dormir toda la noche en un camarote de cuatro literas y baño privado con ducha (algo más de 200 euros el viaje de ida), aunque la opción más económica es reservar una butaca reclinable por poco más de 130 euros. Una vez en Saint Nazaire, nos ponemos rumbo por carretera al festival intercéltico, al que llegamos en un máximo de un par de horas.

Si queremos ahorrarnos las horas al volante, pero después de ver Titanic no nos convence del todo la idea de ir en un barco, el autobús es nuestro transporte. Algo más económico que el ferry (unos 90 euros desde Oviedo hasta Nantes) pero incómodo al extremo. Es imposible intentar dormir cuando las rodillas te pegan contra la butaca delantera. Además, hay que hacer trasbordo en Bilbao y una vez llegados a Nantes, hay que buscar la estación de trenes para coger un TER o TGV a Lorient, con lo que se nos incrementa el precio unos 30 euros más.

Y una vez en Nantes, antes de ponernos rumbo al festival intercéltico, podemos hacer una breve parada para visitar esta preciosa ciudad que fue, hace más de 600 años, capital de Bretaña y ducado independiente de Francia hasta que ambas se fusionaron mediante dos matrimonios de Ana, duquesa de Bretaña, con dos reyes sucesivos. Con ellos tuvo 14 hijos, de los cuales solo llegaron a superar la infancia dos. Pero eso ya es otra historia. El castillo de Nantes, la catedral y varios edificios históricos son visita obligatoria. No se arrepentirán de perder unas horas en la ciudad, mezclándose entre el gentío, antes coger un tren camino de Lorient.

Comments are closed.